top of page

La ciudad de la represión

Redacción: Ariadna Rebeca Arrieta García

El domingo 16 de agosto al medio día, colectivos feministas se agruparon en glorieta “La Palma”. Con el motivo de exponer el desinterés del gobierno ante el incremento de violencia de género en el país.

Más tarde, el grupo se desplazó hasta el Ángel de la Independencia, en donde colectivas del Instituto Politécnico Nacional alzaron la voz en contra de acosadores, agresores y violadores, mediante fotografías que rodearon las bardas del monumento.

Para conmemorar un año de la marcha “No me cuidan, me violan”, se unieron todas en una sola voz para cantar las mañanitas a este año de lucha.

Después, el contingente se movilizó de manera pacifica a la glorieta de Insurgentes, donde fueron recibidas por cuerpos de granaderos quienes se encargaron de violentar y hostigar a las colectivas:

Las agresiones fueron llevadas también al Zócalo, en donde grupos de artesanos pertenecientes a las comunidades: Triquis, Otomies y Mazahuas residentes de la Ciudad de México, que desde hace más de veinte días permanecen en espera de apoyo del gobierno ante la crisis generada por la pandemia.

Alrededor de las 8:30 de la noche, en redes sociales se denunció el desalojo de los plantones con uso de violencia.

La violencia institucional no cesa, y la represión policial se ejerce sin humanidad. “El abuso de poder se convierte en una camisa de fuerza impuesta a la sociedad” (Azaola & Ruiz, 2010). Siguen golpeando a nuestras niñas y mujeres ante la mirada de un estado necio, machista y violento, que prioriza en criminalizar a nuestras compañeras y dejar libre a un funcionario pedófilo en Puerto Vallarta. Esto es México, un México feminicida que no nos cuida, nos mata.


 
 
 

Comments


bottom of page