Escritora politique: Diana Laura Cabrera Guadarrama
Correctora de texto: Anylú Ayala Godínez
Sección: Sin definición
El género es aquello entendido como “una elaboración histórica que adscribe roles determinados a hombres y mujeres en base a sus diferencias biológicas. El concepto de generolecto lo nombra Gabriela Castellanos por primera vez en 1991, para referirse a los discursos femeninos o masculinos,
basado en la postura de Deborah Tannen (1995), con esto, Castellanos no se al sexo de la persona que los expresa, sino que los discursos tienen como fin establecer y perpetuar normas y estereotipos de género dependiendo a quién van dirigidos (hombres o mujeres). El generolecto es, por lo tanto, una forma de encasillarnos y limitar nuestras acciones y reacciones; son los estereotipos culturales que determinan si un comportamiento, vestuario o lenguaje es femenino o masculino. Pensemos en la empatía. Para los generolectos masculinos se dice “hay que expresar empatía, manteniendo siempre bajo control los sentimientos y no expresarlos demás. No llorar y saber siempre qué decir.” En el caso de los generolectos femeninos se tiene permitido llorar y expresar las emociones. Hay que conectar con lo que sienten las demás personas y hacer el papel de “guardianas” de los sentimientos. La diferencia entre un concepto y otro es que el género abarca una infinidad de comportamientos impuestos a las personas con base en su sexo biológico, con los que crecen y no pueden elegir. A diferencia de éste, los génerolectos son comportamientos de carácter masculino o femenino que se espera que las personas cumplan con base en su sexo biológico pero son comportamientos que las personas pueden elegir consciente o inconscientemente tener. Sin embargo, eso no impide que se castigue socialmente a las personas por tener comportamientos del género opuesto o por no cumplir con las actitudes que se le atribuyen. El hecho de que existan génerolectos masculinos o femeninos no significa que siempre sean “aceptados” por el género al que van dirigidos, cada vez hay más personas que se rebelan a los génerolectos acordes con su sexo. El problema de los generolectos, en el caso de las mujeres, es que cuando no se cumplen los roles femeninos nos vemos sometidas a un escarnio social y un rechazo por parte de los demás, incluso más que los hombres.